Con el acto realizado el pasado 4 de noviembre en el hemiciclo del Parlamento de Navarra, que contó con la participación de Rosa Lluch, Carmen Hernández, Alberto Goñi y Mikel Soto, el Foro Social Permanente ha dado por finalizado el programa Entzunaz bizikidetza eraiki – Escuchar para construir la convivencia.

Han sido 23 encuentros que han reunido en total a 67 víctimas de las distintas tipologías del ciclo de violencias. Es decir, estos actos han sido testigos de la escucha, el diálogo y la empatía entre víctimas de ETA, del BVE, del GAL, de la política penitenciaria, de la tortura, entre otras, dejándonos momentos de enorme fuerza y emoción. Las personas que han asistido en directo o los han seguido por internet saben de qué hablamos.

Desde el Foro Social queremos mostrar, mediante este artículo, nuestro más estimado agradecimiento a las 67 personas, víctimas de graves conculcaciones de Derechos Humanos, que han participado en este programa desde 2016. Y es un agradecimiento doble, por un lado, por el valor en sí mismo de los encuentros entre personas tan diferentes participando en un ejercicio de reconocimiento mutuo. Y por otro, porque este programa ha sido un instrumento eficaz, una aportación de enorme calado, para avanzar en el proceso de construcción de paz.

Cuando empezamos con esta dinámica nos marcamos dos objetivos que se han superado con creces. El primer objetivo era generar espacios de escucha y diálogo entre víctimas de diferentes violencias transmitiendo a la sociedad una idea: “Si entre ellas pueden, cómo no vamos a poder dialogar entre nosotras y nosotros”.

El segundo objetivo era dar voz a víctimas no organizadas, evitando tratar a todas las víctimas de forma homogénea. Se trata ante todo de reconocer la pluralidad de visiones y opiniones que caracteriza al conjunto de personas que conforman estos colectivos, sin instrumentalizarlas para fines políticos partidistas.

Este tipo de encuentros son un instrumento que se ha demostrado eficaz en otros procesos de paz a nivel internacional. Según la metodología de trabajo del Foro Social, antes de empezar con una dinámica nueva, aprendemos de otras experiencias internacionales previas. En nuestro caso, además, ya había un importante precedente en la Iniciativa Glencree que se desarrolló entre 2007 y 2012; una iniciativa innovadora que abrió la puerta a iniciativas como la nuestra. A partir de todo ello construimos un modelo propio, generando un espacio que se suma a nuestro proceso de construcción de paz.

Queremos subrayar también la diversidad de instituciones, organizaciones y medios de comunicación que han acogido los encuentros de este programa: Parlamento navarro, Ateneo de Madrid, la Universidad de Deusto, el Colegi de Periodistes de Catalunya, el Palacio de Miramar, Martin Ugalde parkea… etc. Gracias a todas estas entidades por su colaboración imprescindible para el éxito del programa.

Sin lugar a dudas, estos encuentros han contribuido a crear un ecosistema más favorable para avanzar en la resolución de las consecuencias del ciclo de violencias y dar pasos decididos en la convivencia democrática.

Sin embargo, llegados a este punto, el Foro Social Permanente considera que es el momento de dar por concluido este programa de trabajo. Ya en 2020, decidimos finalizar con los encuentros entre mujeres víctimas de la tortura porque el sufrimiento que les producía rememorar lo sufrido era enorme. Ha llegado el momento de que la carga de esta tarea deje de apoyarse principalmente en las espaldas de estas víctimas. Y es que, insistimos, participar en estos encuentros supone un gran sacrificio emocional para unas personas que acumulan ya mucho sufrimiento.

Y no solo eso. Muchas de las víctimas que han participado en estos encuentros han sido insultadas en redes sociales, menospreciadas desde ciertos medios de comunicación e, incluso, en el caso de las víctimas de la tortura, revictimizadas desde la propia tribuna del Congreso de los Diputados o, en el caso de las víctimas del GAL, de modo prepotente en la entrevista recientemente publicada del exministro Barrionuevo.

Muchas veces, cuando en estos encuentros les hemos agradecido su generosidad, ellas y ellos han respondido que lo hacen por responsabilidad con la construcción de la convivencia.

Desde esa misma responsabilidad, corresponde al conjunto de la sociedad, liderada desde las instituciones, perseverar en la senda que han abierto estas personas y recoger la pesada mochila que ellas han portado.

Toca ahora ampararlas, repararlas y reconocerlas, superando cualquier expresión –de obra o de palabra– de discriminación.

Si entendemos que todas las víctimas son de todos y todas, de toda la sociedad, si debemos ampararlas a todas, entonces debemos avanzar en la superación de las dinámicas cruzadas de discriminación todavía existentes y, para ello, es necesario empatizar, respetar y hacer nuestro como sociedad el sentimiento que cada una de las víctimas pueda tener de lo sucedido.

Milesker; gracias: Agurtzane, Ainara, Aitziber, Alberto G., Alberto M., Amaia, Ana, Andoni, Ane, Axun, Begoña M., Begoña Z., Belen Z, Bixen, Carmen, Encarnación, Eneko, Etzozi, Fermín, Gloria, Gorka, Ibon, Idoia, Iñaki, Iñigo, Isidro, Izaskun I. Izaskun J., Javier, Jon Patxi, Jone, José Luis, José, Julia, Karmele, Karmen, Kristina, Leire, Lourdes, Maider, Maixabel, Josu, Margari, Mari Carmen, María, María Luisa, Marilo, Marina, Mertxe, Mikel A., Mikel S., Miren, Nagore, Naiara, Olatz D., Olatz E., Pablo, Peio, Peru, Petri, Robert, Rosa Ll., Rosa María, Rosa R., Tamara, Txema y Xabier. l

* Integrantes del Foro Social Permanente