La crisis y la incertidumbre se venden a kilo de lechuga en el Reino Unido. No me puedo imaginar cómo ha pasado estas últimas horas la ex primer ministra británica, Liz Truss, tras haber tenido que salir por la puerta trasera del 10 de Downing Street, condenada por sus propios anuncios y convertida con mucha mala leche en perdedora ante una lechuga que, como auguraba un medio británico, ha sido capaz de mantener su frescura más tiempo que Truss al frente del país.

El anuncio de la líder conservadora de proceder a una rebaja masiva de impuestos en el Reino Unido se ha llevado por delante su carrera política. Ahondar en un cambio económico radical en la política económica sin un mínimo rigor ha chocado con mercados, instituciones internas e internacionales, entre otros, y ha forzado su dimisión. Truss recoge las consecuencias de su propio desafío, solo basado en uno de los grandes principios del populismo según el cual la sociedad aclamará a aquellos y aquellas dirigentes que se quieren meter en el bolsillo la garantía de continuidad con afirmaciones sin base de ningún tipo.

Paralelamente, en Euskadi, también son las voces de PSE, PP, EH Bildu y Elkarrekin Podemos las que, una y otra vez, recurren al cuestionamiento de nuestro sistema fiscal para criticar el modelo en tiempo actual.

Quizás llame más la atención las argumentaciones socialistas, en cuanto que pertenecen al Ejecutivo de Iñigo Urkullu y son conocedores de las claves internas que han llevado a impulsar medidas junto a las Diputaciones Forales, como la deflactación del IRPF, entre otras. Mientras, EH Bildu y los morados reclaman una reforma fiscal en profundidad, demandando una progresividad que ya contempla nuestro régimen económico. Y el PP, claro, subido al mensaje de bajada de impuestos.

Visto lo sucedido en la isla británica, sería justo reconocer que la contención y la prudencia dan estabilidad a nuestro huerto económico, regado ayer mismo con una nueva renovación del Cupo vía acuerdo entre EAJ-PNV y el Gobierno español. Al contrario que en el Reino Unido, en Euskadi, pese a que algunos les pese, se vende certidumbre a kilo de lechuga de la buena. De label. l