El “¡aquí se espía!” que han gritado Rufián, Aragonés o Inarritu suena al “¡aquí se juega!” que clamaba el Capitán Renault en el Café de Rick, en Casablanca, solo unos segundos antes de recibir su dinero. Pero este teatrillo no puede decaer: Bildu necesita que ERC le ponga en el foco y los catalanes necesitan dos barajas para ganar su propio juego. A cambio, Sánchez sigue y las y los de Podemos volverán a quejarse para la galería antes de cobrar otro mes de los ministerios. “Yo hago como que te cuento secretos oficiales y tú haces como que guardas los secretos oficiales”, tuiteaba con retranca y tino Fernando Pérez.
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