Me llamo Susana Hidalgo Blanco y soy transportista aunque nunca he conducido un camión. Tras más de 30 años trabajando en este sector así me siento y así me hacen sentir mis compañeras y compañeros. Hemos vivido huelgas anteriores a esta, pero nunca se nos ha faltado al respeto tanto como ahora. Necesito exponer mi opinión y aclarar que no estoy hablando ni de política, ni de economía, ni de sindicatos, sino de personas. Las personas que se dedican al transporte están hechas de otra pasta. Mujeres y hombres que pasan toda la semana fuera de sus hogares, que no ven crecer a sus hijos, que trasnochan para que la mercancía esté a primera hora en destino, que a veces no pueden comer porque se retrasan las descargas, que pasan noches enteras hablando entre ellos haciéndose compañía, que dan las buenas noches a sus familias por teléfono y que repasan la lección con sus hijas e hijos a miles de kilómetros.Detrás de la palabra transportista están Ángel, María, Joseba, Pedro, Jesús, Unai... Una lista interminable de personas importantes para mí y parte de lo que soy.Empatía y soluciones es lo que pido. Todos somos transportistas.Susana Hidalgo Blanco