Las redes llevan unos días encendidas por la inconsciencia de un cantante, Sergio Dalma. Los sacrificios para cumplir las normas anticovid, durante los actos culturales, pasan por permanecer sentados en nuestros asientos para evitar la expansión del virus. Animar a la gente a levantarse y bailar, hasta cuatro veces lo solicitó el artista de Sabadell al público asistente a su concierto en Murcia, provocó su interrupción por parte de la organización. Al menos ha publicado un comunicado en el que admite su error y pide disculpas. Algo similar sucedió el año pasado con el grupo de Willy Barcenas, del que aún esperamos que asuma su culpa.
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