Como en el bar del cortado mañanero hay más niños de lo habitual por aquello de las vacaciones de los infantes, las discusiones se han puesto finas, por lo menos en cuanto al uso del lenguaje, para que los querubines -a pesar del incipiente mostacho de alguno de ellos- no se sientan perjudicados en su impoluto desarrollo experiencial. Así que los viejillos han optado por comentar que la cosa política les está empezando a dar por el Urano de una manera importante, lo cual en algún momento ha derivado en un par de debates hilarantes sobre si Plutón es un planeta o si los yanquis llegaron a la Luna, encontrándose con algún extraterrestre manifestándose con el cartel de tourist go home y de ahí que no hayan vuelto tanto. Lo que sí parece que ha alcanzado consenso es la propuesta de nuestro escanciador de cafés y otras sustancias para montar un comando pro abstención en caso de que haya nuevas elecciones este año, un piquete activo, ruidoso y, sobre todo, resolutivo. Como dijo un viejillo el otro día en honor al gran Rutger Hauer, todo esto nos pasa porque la clase política no entiende que “yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión (...) Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”.
