En manos de Vox
Defienden Pablo Casado y los medios de comunicación que le protegen -lo que sea para evitar a la pérfida izquierda y a los separatistas- que el PP ha resistido el avance del socialismo en las elecciones municipales y forales. Lo dicen porque, aunque han perdido de forma nítida y clara ante el PSOE, han evitado el sorpasso de Ciudadanos y, además, están en disposición de gobernar en Madrid. Eso sí, lo harán renunciando a una de sus máximas como era respetar la lista más votada. Ahora vale todo con tal de atrapar un cacho de poder, incluso un pacto amoroso con los que durante la campaña fueron tildados por el propio Casado como extrema derecha. Vox entra en escena dispuesto a dejarse querer incluso más que en Andalucía. Fuera caretas, por fin. El trifachito toma las riendas en una operación que, si bien le permitirá hacerse con algunos tronos -tampoco muchos, no se crean- quizá sea contraproducente a medio y largo plazo tanto para los que se autodenominan conservadores moderados (PP) como para los que presumen de centristas (Ciudadanos). Así, el que se antoja como nuevo alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ofreció una de las actuaciones más surrealistas que yo recuerdo celebrando como un loco la pérdida de seis concejales.