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Azul casi gris

Tienen estos días un punto de azul desvahído, ese azul que camina hacia el gris. No sé si será lo de afrontar una segunda campaña electoral dos semanas después de la anterior y con una precampaña eterna; o esta primavera de altos y bajos; o ese ejercicio de mirar hacia el pasado como siguiendo los versos de Jorge Manrique, aquello de cómo a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado fue mejor, que el fallecimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba ha instalado en la escena política. No lo sé, pero tienen estos días ese punto de azul desvahído, de melancolía, de tristura -qué bonita palabra-, de bajón. Y con un salto mortal con doble tirabuzón, me encuentro con que ayer se cumplieron diez años de la muerte de Antonio Vega. Es la edad, supongo, pero escucho ese nombre y en mi cabeza suena Lucha de gigantes. De pronto ese azul desvahído no me incomoda tanto. El diccionario es un lugar maravilloso. Cuenta que nostalgia es la “tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida” -qué dureza- y el término hunde sus raíces en el griego nóstos, regreso. Asociación de ideas: griego, regreso, Ulises, Penélope, Chica de ayer. El azul sigue siendo desvahído, casi gris. Pero de pronto la nostalgia es un lugar un poco menos inhóspito.