A uno de los viejillos del bar del cortado mañanero hasta le pegó un mareo que se solucionó pronto con un poco de ron del bueno. Resulta que estos días que los hijos y nietos están conciliando, se han reunido para coordinar sus agendas de mayo porque se les están juntando los acontecimientos entre unas urnas y otras, y el lío es tan monumental que el otro día uno me preguntó cuándo nos tocaba votar para elegir el gobierno de Valencia. Se quieren hacer doblete cinematográfico con La pequeña Suiza y Vitoria, 3 de marzo, por aquello de poder poner a parir al personal con conocimiento de causa, que uno puede ser puñetero pero con honor. Además, compañeros de Judimendi les han invitado a una charla anticaídas del “chugar no sé qué” y a alguno le toca ir a Dulantzi dentro de un par de semanas con sus txikis porque toman parte en lo de la fiesta de las escuelas de música, “que mi nieta toca la trompeta que es un primor”. Eso es el 18, en un fin de semana complicado porque en el bar ya han pedido que la tele sea solo para el baloncesto, que Vitoria va a ser importante y les da igual no saber ni quién juega lo de la “final fur”. Además, a alguno le toca estar en varias citas “de lo de los poetas” sin perder de vista sus ocupaciones diarias varias. “No se puede uno jubilar, no te da tiempo a nada, chico”.