Cuando lean estas líneas, enfilaremos ya las últimas horas de esta campaña electoral oficial. No quiero asustarles y que se les puedan atragantar los perretxikos, pero hablo de campaña oficial porque la oficiosa -en la que prácticamente vivimos instalados- seguirá durante los próximos días, concretamente en esos once días en los que, salvo sorpresa, andaremos entretenidos con la calculadora haciendo sumas y restas de siglas en el Congreso para formar Gobierno hasta que el 10 de mayo entremos en otra campaña oficial, esta vez para elegir -abróchense los cinturones- ayuntamientos, juntas generales y Parlamento Europeo. Así que mientras estemos aún con la resaca del talo de las campas de Armentia o de un San Prudencio celebrando la fiesta de la democracia, se elegirán las mesas para el próximo 26 de mayo. En fin, no adelantemos más acontecimientos. Por ahora, en plan minuto y resultado y tras el hit parade de los debates televisos, el último barrizal en el Estado lo tenemos montado en esa especie de Los inmortales que se han montado PP, Ciudadanos y Vox. Sí, parece que solo puede quedar uno y la pelea de la derecha está siendo digna de la izquierda, con navajeo, puñaladas, emboscadas y traiciones. No se apuren, mañana día de reflexión, descanso y Retreta.