A estas alturas, quien más quien menos en Araba es experto en trámites preelectorales varios, sea en solicitud de voto por correo -un 333% se habían incrementado ya las solicitudes a comienzos de semana, más de 22.000-, sea en alegaciones a designación como miembro de mesa o, ya en plan guerrillero, en procedimientos de camuflaje doméstico para esquivar la temida notificación. Imagino a ciudadanos agazapados en casa desde el lunes, persianas bajadas, movimientos ninja precisos y silenciosos, impertérritos ante cualquier timbre, mimetizados como un navy seal para evitar ser detectados. El tema es que podemos tener a un colectivo ciudadano, no cuantificado pero importante, atrincherado en sus hogares durante semanas, porque la Junta Electoral de Gasteiz ya ha advertido de que puede proceder a celebrar nuevos sorteos y que las notificaciones pueden seguir llegando hasta el día 26. De las 2.781 personas que fueron seleccionadas el lunes pasado (tres titulares y seis suplentes por mesa), medio millar de personas ya han presentado alegaciones. A esos hay que sumar los que no han podido ser localizados. Quizá no sería mala idea, dadas las especiales circunstancias, algún incentivo, tipo kilo de perretxikos a recibir en la constitución de la mesa electoral...