Lo de Navarra en las últimas horas es una de las versiones más veloces que se recuerda en política del donde dije digo digo diego al cuadrado o, poniéndonos más hollywoodienses y citando al gran Groucho Marx, estos son mis principios, si no le gustan tengo otros. Aunque esto último no es del todo justo: en pro de la verdad, Ciudadanos en asunto de Convenio/Concierto Económico ha sido siempre bastante claro... en su rechazo frontal. De ahí que lo sorprendente del tridente de derechas en Navarra con epicentro en UPN no sea tanto su pacto con el PP -una fórmula ya ensayada y que llama menos la atención, a pesar del abrupto divorcio que los separó-, sino que un partido presuntamente foralista y que presume de su gestión de gobierno de la foralidad navarra se prestara a un pacto con C’s. París bien vale una misa. Así que van el martes Esparza y Rivera y firman su acuerdo en Pamplona. Esparza capeó el temporal asegurando que el acuerdo recoge “el reconocimiento del régimen foral y del convenio económico”. Apenas doce horas después, el gurú económico de C’s, Luis Garicano, afirmaba ayer: “Si hubiera un nuevo pacto constitucional nuestra política sería que todos los territorios tuvieran el mismo régimen”. Y luego cascada de aclaraciones y puntualizaciones. Surrealismo en estado puro.
