Es difícil determinar qué fue antes, la gallina o el huevo. Unos se posicionan a favor de la gallina porque la consideran adulta, trabajadora y práctica, mientras que el huevo es insignificante, menor de edad y dependiente. La gallina, como madre que es, pretende controlar todo, incluso condicionar dónde poner el nido para colocar el huevo. Éste, por el contrario, se siente autónomo, libre para rodar en la dirección que quiera, a veces sin control alguno. Además le han hecho saber que tiene un futuro muy prometedor y que puede llegar a ser adulto e independiente. Ha despertado de aquel letargo ancestral de ir del nidal ponedero al plato del consumidor.

En medio de la disputa se proclama la defensa de la democracia. Antes, cuando las cosas discurrían dentro de unos parámetros calculados, todos se congratulaban de las ventajas de disponer de un paraguas protector (Constitución, Estatuto?). Ahora que la tempestad arrecia fuerte, con vientos huracanados en contra, no todos quieren seguir cobijándose en el marco legal de convivencia ya caduco, e incluso se plantean poder vivir fuera del ámbito común compartido, muy útil antes y poco práctico en el presente.

La baraja, anteriormente válida para regular un saludable entendimiento ha quedado rota y trucada por unos, considerando que ya no es una herramienta idónea. Mientras tanto, otros se adhieren a las reglas inamovibles del primigenio juego fundacional. Y en medio de esas posturas encontradas surge un nuevo elemento llamado mediación. La cuestión se complica a la hora de optar por una u otra modalidad. Las preferencias se inclinan en dar con una persona o entidad que mantenga la cordura suficiente ante la gravedad de la situación. Que sepa crear puentes, acercar posturas, pulir actitudes extremistas y perfilar salidas inteligentes. En definitiva, favorecer un espacio en el que todos ganen y a la vez pierdan algo, cedan y avancen, se olviden mutuas ofensas y se priorice el bien común. Se dice que la política es el arte de saber buscar solución a los conflictos. Esa noble tarea conlleva considerar en un plano de igualdad y de respeto a cada uno de los conciudadanos y colectivos que conforman un Estado, una Nación, un País, un Territorio, una Identidad? ¡Casi nada!