El anuncio primero, la presentación después y ahora la oferta de retirada de su moción de censura por Podemos con el fin -y la condición- de que Pedro Sánchez, recién elegido secretario general del PSOE, presente una propia no es en realidad y por el momento un emplazamiento para que las dos formaciones estatales de izquierdas configuren una alternativa a la mayoría del PP, exigua pero mayoría en el Congreso y absoluta en el Senado, que permite gobernar a Mariano Rajoy, siquiera con cierta precariedad. De hecho, cuando Pablo Iglesias planteó la moción de censura lo hizo no con la intención de evitar que Rajoy y el PP, reiteradamente baqueteados por la corrupción, tuvieran continuidad en el Gobierno, ya que no contaba con respaldo suficiente para ello; sino ante la certeza de que la moción se fuera a tratar a continuación de las primarias socialistas y tras un entonces previsible triunfo de Susana Díaz, lo que hubiera permitido a Iglesias y a Podemos, a sabiendas de que la moción saldría derrotada, enarbolar la bandera de la oposición y autoproclamarse única alternativa. Pero el triunfo de Pedro Sánchez ha cambiado esas previsiones e Iglesias no puede presentarse ajeno a tal circunstancia. De ahí su ofrecimiento de retirada de la moción de censura... con la condición de que el PSOE presente otra y con la convicción de que Pedro Sánchez no lo hará sin contar con el suficiente apoyo interno en su partido, no ya de la militancia -que se lo ha otorgado con 74.223 votos, más del 50%- sino de los cuadros y estructuras que deberán salir del congreso que los socialistas celebrarán los días 17 y 18 de junio. Es decir, hasta entonces ni Pedro Sánchez ni el PSOE estarán en disposición de presentar la moción que exige Iglesias para retirar la suya mientras que esta, según los plazos parlamentarios (a los que no será ajena la tramitación de los presupuestos por el Partido Popular), se debería debatir y votar precisamente la semana previa al fin de semana del congreso socialista. Así que, en todo caso, si Pablo Iglesias y Podemos pretendieran configurar una alternativa al PP junto al PSOE -y las demás fuerzas parlamentarias necesarias-, no deberían plantar condiciones a la retirada de su moción, sino ofrecerse a retirarla para elaborar otra conjunta, con programa y candidato, de cara a septiembre.