El calendario es caprichoso: ayer se cumplían 67 años de la presentación por Robert Schuman y Jean Monnet de su propuesta de integración europea, conocida como Declaración Schuman. Digo que es caprichoso porque casi casi coincide con la última vez -por ahora- que la Unión Europea ha contenido el aliento a la espera de que unas elecciones en un socio pudieran acabar en un nuevo portazo al proyecto europeo, aunque van tantos alientos contenidos en el último año que probablemente sea bastante sencillo concluir que cualquier cita electoral pasada o futura coincidirá con alguna fecha memorable en el proceso de construcción-desmantelamiento de la UE. No sé qué pensarían Schuman y Monnet de esta UE que parece empeñada en devorarse a sí misma. Por de pronto, los medios europeos parecen -parecemos- haber acogido con cierta euforia la victoria de Emmanuel Macron, supongo que porque, vista la experiencia de Reino Unido o EEUU, aquí ya nadie descartaba sorpresas y porque se prefiere ensalzar a un Macron que es toda una incógnita política que admitir que la trayectoria política de extrema derecha eurófoba que atesora Marine Le Pen logró el domingo más de uno de cada tres votos válidos emitidos por los franceses.
- Multimedia
- Servicios
- Participación