El mantra se va extendiendo poco a poco. Y cala, por supuesto que sí. Según transmiten cada vez más voces, tranquilo amigo lector porque hemos salido de la crisis y nos falta un tris para que Mariano nos devuelva a la casa de gominola de la calle de la piruleta. Cada dato que no es peor que el anterior se toma como un nuevo triunfo, sobre todo de la clase política, porque si resulta que al final sí estamos saliendo, no se crea, no será mérito de los ciudadanos, sino de los políticos. Como mucho, a usted y a mí nos reconocerán el esfuerzo de haber aguantado mientras tragábamos sin quemar las calles. Pero no se equivoque, estamos todavía lejos de esa situación en las que nos terminarán por volver a tomar por tontos. Todo llegará. Ahora nos encaminamos a ese escenario en el que seguimos jodidos pero con la ilusión de que no lo estamos porque nos dicen que el indicador X o la tasa Y da la impresión que indican que tal vez se esté abriendo una posibilidad de acceder a una teórica situación de mejora, que es como no decir nada pero aparentar la leche. Ahí, lo único que nos queda es seguir quejándonos en silencio y luego no hacer nada o, como mucho, votar a los de siempre, que estos días están además enfrascados en seguir vendiendo que no roban.
