Nuestro amado proveedor del cortado matutino ya nos lo ha avisado. Si a partir del 6 de marzo hay huelga de basuras, nos podemos ir llevando cada uno los posos del café correspondientes a nuestras tazas diarias ya sea, literalmente dicho por él, para hacer compost, leernos el futuro o hacer lo que nos salga de... Los dos marrones más importantes que un alcalde o alcaldesa de Gasteiz se puede comer en una legislatura son una nevada de las buenas y una huelga de basuras. Con lo primero, Gorka Urtaran tiene suerte. Entre el cambio climático y los avisos por cuatro copos de mierda, que te pille el cielo desprevenido es casi imposible. Otra cosa es lo segundo. Entre otras razones porque ni el Ayuntamiento es un trabajador de la contrata ni el empresario que la gestiona, pero si pasa algo malo es a donde todo el mundo mira para pedir cuentas. Al fin y al cabo, el Consistorio es, por citar a los clásicos, la parte contratante. Más allá de cómo se solucione el conflicto, los partidos presentes en la Casa Consistorial deberían hacerse un pensamiento sobre qué hacer a futuro con el que, por muchas razones, es el contrato más importante de la institución. Yo, por mi parte, voy a ver si me aceptan los del movimiento Posotivista, que creatividad tengo poca pero, a este paso, sí muchos posos de café.
