El bombardeo por saturación quizá tenga estas cosas. Igual que, en general, hemos asistido sin mayores sobresaltos a la declaración en juicio de Luis Bárcenas admitiendo una “contabilidad extracontable” en el PP creo que presenciamos la sentencia del caso Nóos -con penas de cárcel bastante por debajo de las solicitadas por la Fiscalía y en el caso de Cristina de Borbón, con su absolución- superando quizá el hartazgo y más instalados en el hastío. ¿Se acuerdan de cuando las niñas ya no querían ser princesas? Hubo un tiempo, lo cantó Sabina. En realidad, todo depende del cristal con que se mire: una princesa que se ha sentado en el banquillo como un ciudadano cualquiera, una princesa involucrada en un caso de malversación, fraude, tráfico de influencias..., una princesa absuelta, una princesa expulsada de palacio, una princesa que ya no lo parece tanto... Quizá Sabina estuvo particularmente visionario, salvando las distancias, con aquella Princesa, “cuántas veces hubiera dado la vida entera por que tú me pidieras llevarte el equipaje; ahora es demasiado tarde, princesa; búscate otro perro que te ladre, princesa”. No sé si las niñas quieren ser princesas, espero que no. Pero está claro que en la vida real hasta a las princesas se les puede torcer el cuento de hadas.