Llevamos ya semanas, meses, hablando del apocalipsis. Hablo de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, claro, elevada a categoría de armagedón candidato a protagonizar una película de catástrofes en Hollywood apenas unos meses después de ese avisito que fue el Brexit. Cómo está la política. El caso es que leo que un centenar de científicos relevantes reclaman a Europa financiación para un proyecto conjunto de las agencias espaciales europea y estadounidense -ESA y NASA- para estudiar cómo afectaría a un asteroide que amenazara con chocar con la Tierra que fuera impactado para desviarlo de su trayectoria. Los impulsores de la iniciativa tienen ya candidatos para el experimento, una pareja de asteroides: uno que tiene algo más de 800 metros de diámetro y su pequeña luna, de 150 metros. La NASA al parecer tiene previsto enviar un artefacto de 300 kilos para hacer que golpee en 2022 esa luna y observar cómo afecta el impacto a sus trayectorias. El asunto es que la agencia europea debería encargarse de la observación mediante un sistema láser de comunicación, por ahora está en el aire, que garantizaría una recogida de datos más eficiente. A ver si lo del Brexit, Trump y tal van a ser señales...