la cumbre de la ONU por el clima se ha cerrado en Marrakech con una declaración de intenciones para comprometerse a actuar contra el calentamiento global, casi dos décadas después del histórico Protocolo de Kioto. La llamada Proclamación de acción por el clima y el desarrollo sostenible de Marrakech incluye el compromiso de promover la acción climática antes de 2020 y responder a las necesidades de los países en vías de desarrollo. Además, asienta los cimientos para poner el marcha la histórica Declaración de París de hace un año, en la que 195 países y la UE adoptaron un acuerdo por el que se comprometen a limitar por debajo de dos grados el aumento de la temperatura media a finales de siglo con respecto a los valores preindustriales. Este acuerdo era vinculante, aunque no contemplaba sanciones y estaba destinado a entrar en vigor en 2020 en sustitución del Protocolo de Kioto. Ahora quedan dos años por delante para establecer el conjunto se reglas que rijan el nuevo pacto mundial. Tras dos semanas de reuniones, los cerca de doscientos países que integran la convención de cambio climático de la ONU acordaron avances en materia de financiación climática, aunque deja pendiente de decidir para próximas reuniones cómo se va a dotar a partir de 2020 ese fondo, que en estos momentos se nutre de donaciones de los países desarrollados. Los más ricos se han comprometido, además, a aumentar progresivamente, tras 2020, la cifra de 100.000 millones de dólares que se va a movilizar anualmente para la financiación climática a partir de ese año de fondos públicos y privados. Hasta el momento las contribuciones públicas prometidas para esos 100.000 millones de dólares alcanzan 70.000 millones. La amenaza del cambio climático es real e inmediata, como real es la amenaza de Donald Trump, presidente electo de EEUU, el país más desarrollado de la Tierra y uno de los que más contaminan, de rechazar de plano los acuerdos de París. Aún es posible el compromiso, aunque la intransigencia y la prepotencia de Trump no auguran un camino fácil. El acuerdo de Marrakech es importante pero insuficiente. Sobre todo por el aplazamiento dado para diseñar las herramientas necesarias para pasar a la acción contra el cambio climático, por la falta de un compromiso claro y contundente, y por el escaso compromiso con las energías renovables. Tiempo hay para remediarlo.