qué, ¿cómo llevan lo de las elecciones navideñas? Confieso que en un primer momento, cuando empecé a echar cuentas con lo de las elecciones en Navidad, no caí en un asunto de trascendencia sideral. Bueno, en dos. No sé si Mariano Rajoy lo ha meditado. Y es que nos va a caer la jornada de reflexión en plena Nochebuena. Juntas electorales, brainstorming inmediato: ¿qué carajo vamos a hacer con las amenas charlas sobre política durante las cenas familiares de Nochebuena? ¿Eh? Porque admitámoslo, es el terreno de juego propicio para resolver los problemas del país, del mundo y del universo, especialmente cuando ha caído ya la segunda botella de cava y nos vamos viniendo todos arriba. Que no es verdad que llevemos todos un seleccionador de fútbol dentro, no, llevamos un tertuliano. El cuñadismo patrio en pie de guerra. Y otro problema, aún más grave, ¿y el mensaje del rey? ¿Suspendemos el mensaje del rey? Cataclismo plus ultra. Es más, ¿esto de Olentzero o Papá Noel o lo que gaste cada uno, no será en el fondo una sutil maniobra electoral-propagandística? ¿Y la Lotería de Navidad? ¿La suspendemos también? Y como se preguntaba alguno en Twitter, ¿será Rajoy el Grinch de la Navidad? Y, sobre todo, ¿con el manual de miembro de Mesa Electoral incluirán barra de turrón y gamba?