La verdad está en Los Simpsons. Capítulos gloriosos, esclarecedores e imprescindibles como los dedicados al monorraíl o al esfuerzo de Homer por entrar en el Libro Duff de los récords. Me preocupa que al parecer el amigo Matt Groening ya dedicó un episodio a la victoria de Donald Trump -no lo he visto-. Pero hoy vuelvo a recordar aquella cruzada antiviolencia televisiva liderada al principio por Marge en Springfield, que empieza con Rasca y Pica en la diana para acabar cuestionando... la desnudez del David de Miguel Ángel. Pues pásmense. En San Petersburgo se celebra la exposición Miguel Ángel, creación del mundo que incluye una réplica de esta célebre escultura en el exterior de la iglesia luterana que acoge la muestra. Una ciudadana ha llevado hasta la Defensoría de los Derechos de los Niños su queja: “¿Cómo ha sido posible poner a este tipo sin pantalones en el centro de la ciudad, cerca de una escuela y una iglesia?”. Adoro el momento “tipo sin pantalones”. Pero no queda ahí, en su carta considera que la réplica “paraliza las almas de los niños”. Los organizadores le han echado cachondeo al asunto y han abierto debate en redes sociales. Hay quien ha sugerido vestir al David como un personaje de Star Wars. Muy fan. El David con casco de Darth Vader.
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