La Catedral Santa María de Gasteiz presentaba este lunes la museización de su cripta, que este fin de semana se abrirá ya al público. Es un lujo poder visitar este templo, el proyecto de restauración que bajo la genial idea del Abierto por Obras se puso en marcha en la atalaya de la Almendra vitoriana. Y tiene mucho de metáfora esta catedral. Porque los estudios y trabajos que han permitido su recuperación evidencian cómo el templo se construyó con aspiraciones pero no siempre con tino en su cimentación, de manera que llegó a nuestros días acercándose al colapso. Igual que esos estudios y trabajos han podido salir adelante gracias, además por supuesto de al buen hacer de quienes están implicados directamente en el proyecto y también al respaldo social que han recibido, al empuje compartido de instituciones de todo color político a lo largo de estos años. No es habitual en esta ciudad, ni en el territorio, que la política logre consensos tan amplios. Se debería tomar nota. Y ya de paso, recordar que construir requiere cimientos sólidos, más cuanto más importante sea lo que haya que sostener. De esto también deberíamos tomar nota. Y, por último, sentir orgullo sin complejos, sin compararse con nadie, simplemente porque es para estar orgullosos del trabajo que se ha hecho en la catedral.