otra vez enorme, Antonio Cañizares. No hay duda de que nos encontramos ante un ser brillante, qué digo brillante, es todo un campeón, adalid, paladín, héroe, abanderado, líder, gurú, predicador, mesías, genio, grande, avispado, espectacular, visionario, maestro, mentor, artista, virtuoso, estrella, hábil, bondadoso, puro, rutilante, refulgente, lustroso, relumbrante, reluciente, esplendoroso, resplandeciente, espléndido, sobresaliente, admirable, radiante, deslumbrante, magnífico, genial, ingenioso, ocurrente, perspicaz, maravilloso, estupendo, extraordinario, excelente, agudo, formidable, gigantesco, colosal, inmenso, grandioso, fantástico, monumental, fenomenal, apoteósico, soberbio, fabuloso, legendario, mítico, estandarte, comandante, emblemático, ejemplar, prodigioso, cautivador, fascinante, sublime, excelso, irradiante, lince, sagaz, astuto, lúcido, clarividente, arrollador, irresistible, insuperable, abrumador, apabullante, demoledor, irrepetible, original... Es usted todo eso y más. Por eso no entiendo cómo un pesonaje tan ilustrado, sabio, erudito, culto, leído, docto, cultivado e instruido es capaz de ladrar semejantes gilipolleces sobre refugiados, feministas, gays o lesbianas. Perdone mi lenguaje soez, pero es que a mí no me guía Dios.
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