El texto decía de forma textual: os ahogaréis en la sangre de nuestras reglas. Vamos, chorradas las justas. La pancarta estaba colocada en el primer tramo de la calle Cuchillería el pasado sábado 9 con motivo de la manifestación feminista que se llevó a cabo en Gasteiz. Y capté reacciones de todo tipo y condición, aunque me sorprendió el hecho de que entre algunas mujeres aquello se percibiese como un mensaje agresivo. Sí, la frase es contundente y podríamos entrar a discutir sobre el buen gusto y esas cosas, pero yo entiendo que agresivas son otras reflexiones que no necesitan de palabras o formulaciones gruesas. Es decir, me parece que lo que agrede a la inteligencia es que una adolescente diga que los celos son buenos porque significan que tu pareja te quiere. O que sostenga que el hecho de que te pregunten de manera constante dónde estás o con quién andas y qué haces es sinónimo de pasión y amor porque el otro se preocupa. Que cada vez nos encontremos con que se producen agresiones entre parejas más jóvenes es una llamada de atención que no se está atendiendo como debiera y no me refiero a las instituciones, que también, sino a la sociedad en general. Por eso a mí la pancarta me hizo hasta gracia. Es lo otro lo que me molesta.