Desde la curva de Rafael Alberti, que rodea la plaza de Lakua donde se ubica la nueva estación de autobuses, hasta Blas de Otero, donde hace esquina la comisaría de la Ertzaintza situada en Portal de Foronda, no hay mucha distancia, pero sí demasiados nombres diferentes para una misma calle. De la curva de la estación, nace Ernestina de Champourcín, que alberga cuatro portales; cuando cruza Gabriel Celaya, se convierte en Caballo de Pica, que tiene aún menos portales que Ernestina; Caballo de Pica muta en Ignacio Aldecoa al llegar a la plaza ovoide así denominada en los mapas, cosa que no ocurre en la calle paralela que da a dicha plaza, que nace Gran Sol desde Gabriel Celaya y Gran Sol se mantiene incluso al cruzar la plaza Ignacio Aldecoa; dejada atrás la susodicha plaza, y atravesando la calle Gabriel Aresti, que en realidad sólo es el lado norte de esa misma plaza, Ignacio Aldecoa pasa a denominarse Santa Olaja de Acero, la señora calle que da a Blas de Otero y que muestra orgullosa todo un portal. Un lío, ¿no les parece? Pues el otro día una pareja inquieta buscaba la calle Ángela Figuera Aymerich, que a la sazón es el lado sur de la plaza Ignacio Aldecoa. No supe ofrecer una buena indicación. Y francamente, no me extraña. Nos lo han puesto difícil.