Como es habitual, una vez más volveremos a ser testigos del eterno debate entre los agentes sociales y políticos acerca de la necesidad de valorar el conocimiento del euskera en la OPE de Osakidetza. Actualmente, el euskera no supera el 10% de la puntuación global. Para muchos, una discriminación flagrante y para otros, descaradamente insuficiente.
La importancia de la asistencia adaptada a las características del paciente, incluido su idioma, así como la necesidad de ofrecer de forma progresiva el servicio sanitario en euskera se recogen de forma explícita en las líneas estratégicas de Osakidetza y en el II Plan de Euskera 2013-2019, de acuerdo con la legalidad vigente y el nuevo modelo de organización que fusiona la atención primaria y los hospitales para hacer frente al reto de la cronicidad de forma eficiente y sostenible. La asistencia sanitaria integrada y centrada en el paciente es el paradigma actual de la medicina, y así lo establece la propia Organización Mundial de la Salud.
La finalidad de la OPE es la selección adecuada de personas cualificadas, concienciadas y capacitadas para atender a personas. Todas las personas que entren a formar parte o trabajen en el servicio vasco de salud deben conocer el marco legal, la estructura organizativa del ente, las líneas estratégicas y el modelo asistencial en el que desempeñarán su labor. Deben saber qué es la atención centrada en el paciente, la asistencia cultural y lingüísticamente competente, así como los objetivos de su Plan de Euskera. Aspectos todos ellos que además están recogidos en el temario de la OPE.
El Gobierno Vasco ha mostrado su apuesta por el bilingüismo como un pilar de la convivencia y la dirección de Osakidetza ha manifestado repetidamente su firme compromiso de promover gradualmente la asistencia en euskera asociada a la calidad del servicio.
La OPE de Osakidetza nos ofrece la oportunidad de dar un paso más en ese sentido. Una medida sencilla, bien orientada, no discriminatoria, sin ningún coste económico, perfectamente cuantificable y evaluable sería incluir en el examen de todas las categorías varias preguntas que tengan en cuenta la necesidad de promover la asistencia sanitaria también en euskera. ¿Sería demasiado pedir que 10 preguntas, sólo un 10%, fueran sobre este tema?
Sería un avance significativo en la concienciación, paso inexcusable si se quiere avanzar en la normalización de forma eficaz y eficiente. En definitiva, es un modo sencillo de promover el conocimiento exigible, la concienciación necesaria y el desarrollo de una actitud consciente y positiva para adquirir una capacidad profesional, así como para incentivar liderazgos éticos y dinamizadores. Simplemente, con 10 preguntas que están incluidas en el temario. Más allá de la demagogia y de las reivindicaciones, sería un acto de coherencia acorde con las líneas estratégicas de nuestra organización.