Quizás porque los servicios de emergencias hayan estado mejor organizados, quizás porque los gasteiztarras hayamos sido más pacientes o porque hemos aprendido por fin a adaptarnos al mal tiempo con buena cara, el caso es que por bastante menos, en otras ocasiones esta ciudad ha sido un apocalipsis.
Tendríamos que felicitarnos por haber descubierto la obviedad de que, durante los inviernos, en Siberia nieva y hace un frío del carajo. Bienvenidos a este mundo.