¿cómo va a ser culpable la hija y hermana de reyes de un delito de blanqueo si no sabe nada de dinero? Desde luego, hay que ser malintencionado, además de rojeras, para pensar que Cristina de Borbón hizo algo más que cumplir la voluntad de su maridito. Que se hubiera emancipado para trabajar en La Caixa fue al principio visto como un gesto de normalidad que justificaba las bondades de la monarquía española, pero ahora no es más que un manchón en su currículum, no vaya a ser que pensemos que es lista y toda su estrategia se vaya al garete. Mujer florero que firmaba donde le decían, gastaba sin preguntar de dónde salía la pasta y dejaba que utilizaran su nombre para fines fraudulentos por amor -y nada más que por amor- hacia el antes elogiado deportista y ahora denostado estafador Iñaki Urdangarin. Bueno, ha colado. Para eso le defiende uno de los padres de la transición y el ¿fiscal? general del Estado. Lo que sea por la patria y el rey (y sus familiares). El régimen no puede ponerse en entredicho. Pero no vaya a ser que la plebe no asuma la estrategia y, por si acaso, vamos a equivocarnos en el número de cuenta al ingresar los 600.000 euritos de nada con los que nos vamos a librar de la trena. Así queda más claro que la chica es tontita. ¿Cómo va a ser culpable?