Si frecuentan las páginas políticas de los periódicos y/o las tertulias del mismo jaez en radios y televisiones, habrán leído u oído algo del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) en estos últimos días, de que andan los mentideros de la Villa y Corte alborotados con una supuesta filtración del último barómetro en la que Podemos aparecería, atenta compañía, como primera fuerza política en el Estado en intención directa de voto. Anda el gallinero político perturbado, no olvidemos que las municipales están a la vuelta de la esquina y las generales, como mucho, a un año vista. Entre púnicas, tarjetas opacas y demás, ¡zasca!, rumores en torno al CIS con el aperitivo de la encuesta de este fin de semana de El País. Si son amigos de las conspiraciones, apunten además que normalmente el barómetro trimestral del CIS se publica el primer lunes del mes correspondiente... y ayer no se publicó. Para los suspicaces, eso denota una actividad frenética en los fogones para adobar un poquito la intención directa de voto de manera que la estimación electoral quede algo más aparente o estalle en un momento menos doloroso; según los rumores, la cocina habría situado a los de Pablo Iglesias como segunda fuerza por delante del PSOE de Pedro Sánchez y amenazando al PP de Mariano Rajoy. El puchero hierve.