La presentación y debate en el Congreso del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2015 por Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda del Gobierno Rajoy, ha supuesto una vez más la constatación del engreimiento con que, en base a su mayoría absoluta, el Partido Popular ha desarrollado a lo largo de tras años tanto las políticas esenciales de gobierno como la producción legislativa. Que todos y cada uno de los grupos de la Cámara hayan presentado enmiendas a la totalidad al proyecto -en total, doce peticiones de devolución de las Cuentas- ya es un nítido indicador del interés por el consenso con que el Gobierno de Mariano Rajoy ha elaborado los presupuestos para 2015. Pero, además, debería ser razón suficiente, como mero indicio de desequilibrio, para que el Ejecutiva repasara siquiera algunas de sus previsiones. Y no se trata de que los Presupuestos de Montoro ignoren a Euskadi, que también pese a la grandilocuente pretensión de un aumento del 13% de la inversión -en realidad, 364 millones, apenas un 3,2% del total-, sino de que se conformen en base a unas previsiones económicas erróneas cuando no arriesgadas por su excesivo optimismo. Así, Montoro ha elaborado su proyecto de Presupuestos en base a una previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto en el Estado para el próximo año del 2%, muy por encima de los cálculos internacionales. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por ejemplo, acaba de fijar esa previsión en el 1,8%... a pesar de que apenas sitúa en el 1,1% el crecimiento del PIB en la zona euro. Y esa misma previsión la han realizado durante octubre el Deutsch Bank, Merryl Lynch o S&P mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado incluso más las posibilidades de crecimiento de la economía española, que calcula en el 1,7%, tres décimas por debajo de Montoro. Sin olvidar las advertencias de ralentización de la economía europea en los próximos meses. Dichas cifras, con un desempleo que a final de 2014 superará aún en el Estado el 24,5% y que apenas se reducirá en un punto durante 2015, no solo ponen en solfa la pretendida “recuperación” que el Gobierno Rajoy da por encaminada con vistas a la fase electoral del próximo año, sino que cuestionan toda la filosofía de los Presupuestos que, una vez más, tienen como referencia la austeridad y como pagano de la misma al bienestar de los ciudadanos.