el paro vuelve a subir. Pero no es malo, no, que los números son mejores que los de los últimos septiembres. Hay 25.000 parados más y 22.000 afiliados menos a la Seguridad Social que en el mes anterior. Pero no debe ser malo, no, cuando hasta Rubalcaba descubre presuntas bondades en estos números. La falta de vergüenza de los políticos empieza a ser deslumbrante. Habría que ver las caras de los empresarios japoneses mientras Rajoy alardeaba de paro augurando una gran remontada de la crisis. Los empresarios nipones se debieron mirar unos a otros y alucinar cuando escucharon al barbudo dirigente occidental: "El mundo ya no se pregunta si habrá rescate en España sino cuán grande será la recuperación". Lo dijo en un país donde rechinan los dientes cuando el paro sobrepasa el 4%, a pesar de llevar casi dos décadas de estancamiento económico, representando a otro donde la tasa se sitúa en un espeluznante 26%. Las risitas japonesas se debieron escuchar hasta en China. Pero Rajoy no sólo no se percató de ello sino que, envalentonado, pasó a declarar a España como un lugar propicio para la inversión extranjera ahora que con sus reformas ha abaratado sensiblemente los costes laborales, y lo dijo así, con un par. Vino a explicar que por estos lares ya trabaja cualquiera por un plato de sushi al día. Y tan campante, oiga. Como si de verdad pensara que iba a recibir aplausos por lo bien que está gestionando nuestros asuntos. "Vamos en la dirección correcta, hay que seguir así". Ji, ji, ji.