por cierto, ¿alguien podría decirme -así, como quien da la hora- a cuánto está ahora la prima de riesgo? Quizás algún enteradillo sí, pero apuesto a que el común de los mortales, raramente. Y eso que hasta hace nada todo el mundo hablaba de la prima de riesgo como si durmiera todas las noches con ella y perdía el sueño si sobrepasaba la apocalíptica cifra de los 200 puntos básicos, de los 300 o de los que fueran, pues nos iba la vida en ello, o así nos lo contaban al menos. Pero hoy nadie parece acordarse y de repente ya no es tan vital que rebase no se sabe qué barreras. Max Horkheimer, un pensador de la también olvidada Escuela de Frankfurt, dijo algo así como que el capitalismo empezó el mismo día en el que un tipo clavó una estaca en el campo, dijo "esto es mío" y los demás le creyeron. En su día perdíamos el sueño -¿se acuerdan?- con la fatídica inflación, con el precio del barril de petróleo, con la paridad del euro y el dólar, con los altibajos del Ibex-35 o con los tipos de interés de Trichet y Draghi, así como ahora nos trae a maltraer el déficit público, que si nos lo cifran en el seis y pico ponemos cara de susto, pero nos quedamos igual. Todos esos índices van apareciendo y desapareciendo en los informativos como si fueran dogmas de fe para nuestras vidas -cada día uno diferente, dependiendo del antojo de los mercados-, aunque quizás al final todo sea una ficción y la prima de riesgo nunca existió. Quizás alguien dijo un día -parafraseando a Horkheimer- que la prima de riesgo era la bomba y los demás sencillamente le creímos.
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