LA ciudad se ha quedado aislada. Al menos desde el punto de vista de los vecinos de Arkaiate y Larrein. Ellos ven Gasteiz a lo lejos, allá, al otro lado. Qué cosas tiene el urbanismo, que reparte permisos de edificación con el culo y empieza a montar la construcción desde el techo. Lo que más me llama la atención de lo ocurrido con estos bloques no es el debate sobre la costura de la ciudad, o las informaciones de que la empresa que iba a asfaltar y adecentar los solares ha quebrado, o que ya se ha contratado una nueva y lo va a hacer de maravilla durante los próximos años... No creo que esto sea lo importante. Lo relevante de que se hayan quedado edificios desconectados del resto de Gasteiz es el hecho en sí, que se hayan quedado desconectados y que de alguien será la responsabilidad. Dudo que alguno de los vecinos que allí residen haya intervenido en el ordenamiento urbanístico de la zona; sin embargo, en el Ayuntamiento habrá responsables, digo yo, o quizás en alguna sociedad municipal. Porque, aun siendo profanos en la materia, todos podemos llegar a concluir que a la hora de aumentar el tamaño de una ciudad parece conveniente edificar cerca de sus límites, antes de hacerlo lejos y confiar en que los huecos acabarán llenándose de calles, asfalto y personas. Por lo tanto, si no se ha hecho así, si está claro que la manera de obrar no ha sido la correcta, que hay vecinos que se han quedado asilados, o la ciudad aislada de ellos, ¿por qué nadie da un paso adelante y reconoce el despropósito? Ya de dimitir ni hablamos.