distinta actitud, incluso mejor al menos al principio, pero el mismo resultado, o sea derrota clara y clamorosa. Estos cuartos de final ante el CSKA están retratando al Baskonia como un equipito de nivel medio, sin gasolina suficiente para tutear a los más grandes. Con un entrenador, Tabak, sin excesivos recursos que mostrar para tender trampas a un rival objetivamente superior, y que además comete errores de bulto como mantener a Lampe en pista en el primer cuarto a pesar de las dos tempranas faltas acumuladas. Y por supuesto, le cayó enseguida la tercera -que Messina no tardó en recurrir a Krstic para buscarla- y se acabaron las rotaciones tácticas y llegaron los cambios forzados y temerosos. Tabak ya había incurrido en este mismo fallo ante el Montepaschi aunque no se notó porque Lampe se protegió mejor. Pero, claro, ahora está enfrente el CSKA, quizá el mejor de Europa, y lo aprovecha. Estos cuartos de final también sirven para calibrar a un grupo de jugadores que, simplemente, no dan la talla para competir a este nivel. Salvando a Nocioni, que ése sí se merece un respeto aunque ayer no tuviera su mejor tarde, los demás apenas son capaces ahora de ofrecer leves destellos de lo que fueron (San Emeterio, Cook, Milko Bjelica) o de lo que quizá algún día puedan llegar a ser (Pleiss, Causeur, Nemanja Bjelica, Heurtel, Jelinek). También tenemos a otro jugador de altura como Lampe, es cierto, pero no sé yo si es suficiente ni conveniente fiar todo un proyecto a un pívot que apenas genera algo más que sus propios números.