ni en el traspaso de poderes de gobierno parece acertar el gabinete de Patxi López en una gestión eficaz, limpia y rápida. Entre que primero se ha dedicado a marear la perdiz sobre una medida puntual como la paga extra navideña de los funcionarios -sobre la que tenía que haber tomado ya una decisión hace semanas y la portavoz Idoia Mendia ha tratado de esquivar ya en varios Consejos de Gobierno-, luego se ha hecho un embrollo con las explicaciones de los 600 millones de euros que al parecer ha comprometido antes de salir del Ejecutivo y, finalmente, la repentina suspensión unilateral -por una pataleta- del primer contacto entre PSE y PNV que tenía que haberse producido ayer para iniciar el traspaso de poderes, el núcleo socialista parece empeñado en crear nuevas polémicas donde en principio no tenía por qué haber problemas. Así pues, la controversia abierta entre el gobierno socialista saliente y el PNV, la formación llamada a tomar el relevo bajo la presidencia de Iñigo Urkullu, cuando todavía se hallan en la antesala de la transición de poderes -un proceso ordinario que habitualmente se suele llevar de una manera ordenada y hasta cortés-, viene a reflejar un encono que amenaza con convertirse en un problema institucional. Lejos de reconducir la polémica, Idoia Mendia y Manu Salinero, portavoces del equipo del gabinete de López, se dedicaron en su comparecencia de ayer a alimentarla entrando al trapo a discutir cuestiones como la cuantía de las adjudicaciones que su Gobierno ha realizado a última hora -como si lo importante fuera el detalle de las cifras y no el procedimiento-, sobre lo que ha publicado o dejado de publicar la prensa estos días para justificar la desconvocatoria de la reunión prevista para ayer minutos antes de que se produjera -como si las filtraciones, con las que el gobierno saliente tanto ha jugado con sus medios afines, fueran ahora una zancadilla- o sobre si hay o no fondos consignados para la paga extra de los funcionarios, algo que debía estar ya resuelto en un sentido u otro. En definitiva, el aparato del gabinete gubernamental del PSE parece interesado en enmarañar y dilatar un proceso de traspaso de información y poderes que, efectivamente, debería ser eficaz, limpio y rápido.