La consulta independentista del pasado domingo 10 de abril celebrada en Barcelona, y en la que acudió a votar al referendo no vinculante, carente por lo tanto de cobertura jurídica alguna, un 18,1% de los convocados, ha dado pie a que sean legión los deslegitimistas que se han apresurado a restarle valor alguno al, en sus palabras, "ambiguo resultado". A estos referidos deslegitimistas les vale cualquier coyuntura, no en vano también descalificaron la consulta popular celebrada en el Condado de Trebiñu hace ya 13 años, a pesar de que en aquella ocasión acudieron a emitir sufragio más de dos tercios de la población del enclave y más del 70% de ellos votó a favor de "iniciar el procedimiento del Estatuto de Autonomía de Castilla y León, para posibilitar la integración en Álava".
Conclusión: da igual el número de participantes que haya en los refrendos, porque no hay peor ciego que el que no quiere ver.