Estamos acostumbrados a ver sociedades con déficit en muchos de sus ejercicios, pero siguen apostando e invirtiendo porque vislumbran buenas perspectivas a futuro. En cuanto al fútbol, somos conscientes que la Segunda B es deficitaria para un club como el D. Alavés, que tiene argumentos en cuanto a ciudad, población, infraestructura, e historia para ambicionar y apostar por superiores categorías, donde se ha demostrado rentabilidad y gran influencia social. En cuanto al huracán que arrasó la sociedad y la metió en esta situación deficitaria, varios estamentos tendrían que recitar el mea culpa (en la parte que les corresponde), por lo que es el momento de subsanar errores del pasado, arrimar todos el hombro y recuperar aquel club saneado que generaba ilusión, dividendos y vida a una ciudad que también tiene que apostar por alicientes sociales que nos eviten una ciudad sosa y aburrida. ¿Acaso no se invierte en una súper plaza de toros para cinco días al año, en festivales, etapas de la Vuelta a España, carnavales, obras faraónicas, ágapes institucionales, etc..etc..? Cada uno podrá considerar más o menos absurdos o positivos estos gastos, por lo que es misión de las instituciones valorar qué acapara más interés social.
Es también muy difícil entender que instituciones como la Seguridad Social contribuyan a ahogar al club en los momentos más críticos, matando con ello a la gallina de los huevos de oro sin colaborar a que coja aire y pueda mantener y crear puestos de trabajo, y con ello siga aportando a las arcas sociales en vez de mandarlos a cobrar de ellas. No lo entiendo.
Pilar González