responsables del Departamento de Educación, con la consejera Isabel Celaá a la cabeza, continúan realizando declaraciones y pintando cuadros paradisíacos que poco o nada tienen que ver con la realidad que se está viviendo en los centros públicos.

Los centros públicos ofrecen enseñanza de calidad, la comunidad educativa tiene esa percepción y las trabajadoras y trabajadores, las familias y el alumnado son los principales responsables de ello, a pesar de que, con frecuencia, la Administración más que ayudar obstaculiza. Así las cosas, tenemos gran preocupación por diversas actuaciones del Departamento de Educación que ponen en peligro lo conseguido hasta ahora. Sus decisiones -las que toma y las que no toma- tienen dos pilares: la situación general de crisis y el pacto de gobierno PSE-PP.

Al hilo de la crisis vienen las medidas neoliberales que sistemáticamente venimos denunciando, y que afectan directamente a las condiciones de trabajo y ponen en peligro la calidad de los servicios públicos. Y para hacer frente a la crisis es imprescindible fortalecer los servicios públicos y hace falta un cambio radical en las políticas fiscales. Es inaceptable la vía de reformas laborales y de recortes presupuestarios.

El Departamento de Educación quiere vender la idea de que la crisis no va a afectar a la enseñanza, que en recursos estamos por encima de otras comunidades autónomas y que, por tanto, hay margen para los recortes. En cambio no dice, y oculta, que nuestro sistema educativo, con sus deficiencias y aspectos mejorables, para llegar a los actuales niveles de calidad no ha mirado a los índices y referencias de España, sino a los países que tenemos por delante. Es más, Educación ha dejado completamente de lado las referencias de los países europeos en los presupuestos y, aunque diga lo contrario, ha optado por la vía del recorte del bienestar social, llevando al mundo de la enseñanza las políticas definidas por los gobiernos vasco y español. Aunque quieran disfrazarlos de gestión eficaz, sabemos lo que significan eufemismos como sacar mayor provecho a los recursos que tenemos: recortes y cierre de las vías para la obtención de mayores recursos.

Han querido presentar su programa de gobierno con un barniz de modernidad y como garantía de paz, tranquilidad y acuerdo. Pero desde el inicio pusieron los temas identitarios en el centro de la diana y emprendieron una nueva y ruidosa cruzada: acusaciones de adoctrinamiento, discurso sobre Euskal Herria, cambios en el currículum, actitud hacia el euskara?

No han acordado ni una sola iniciativa con agente alguno. Acordaron, eso sí, el programa político del gobierno con el PP, imponiendo una posición política restrictiva. Han enturbiado el ambiente allá donde no existían problemas y han llevado la disputa política al mundo de la enseñanza, buscando la uniformización y frenando las reivindicaciones y exigencias de la mayoría social.

Tres son los programas que tiene puestos el Departamento de Educación en medio del escaparate para su propaganda: el Plan de Paz, el Marco Trilingüe y Eskola 2.0.

Da la impresión de que hasta que han llegado al Departamento de Educación sus actuales ocupantes la escuela ha estado mirando para otro lado. Pero el asunto es aún más grave. Quieren utilizar la Educación para la Paz para imponer su programa político, su ideología y su punto de vista. No han planteado el tema para abordarlo y buscar acuerdos. ¿Cómo pueden poner en medio de su plan de propaganda un tema así de conflictivo? ¿Con quién han buscado acuerdos? ¿Dónde están los contenidos pedagógicos, los materiales, lo hecho hasta ahora? Es inaceptable que la comunidad escolar haya tenido conocimiento de todo ella a través de la prensa y no haya recibido información directa hasta varios meses después. Ese no es el camino.

El Marco Trilingüe de enseñanza es, por lo visto, la vía de modernidad y de superación del bilingüismo. Parece ser que en este tema la voluntad mayoritaria de las familias y la opinión de expertos valen poco. El Departamento sabe que en los centros se le da importancia relevante al inglés desde hace tiempo. Pero no quiere saber cuál es la situación real de las dos lenguas oficiales. Mejor dicho, no quiere aceptar que la enseñanza bilingüe ha llegado al lugar en el que está debido a que la sociedad vasca ha apostado abiertamente por ello, siendo el índice más claro de todo esto la apuesta decidida por el modelo D.

En lugar de continuar con el desarrollo serio y positivo del bilingüismo, pone freno al fortalecimiento del euskara, aumentando la presencia del castellano. Para ello utilizan al inglés como pantalla. Por suerte, la mayoría de los centros públicos han demostrada a la Administración que no están dispuestos a dar su apoyo a cualquier experimento.

La tercera estrella es Eskola 2.0. Aquí la manipulación ha llegado a niveles insospechados. Están utilizando el desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para la propaganda. No han acordado con nadie la implantación del programa, se les han impuesto a los centros todas las condiciones, se han repartido los aparatos sin tener material adecuado y la formación del profesorado no es suficiente ni adecuada en su organización, poniendo más carga sobre los centros y el profesorado. Más que discursos modernos, hacen falta recursos adecuados, dando posibilidad a los centros a que los adecuen a su realidad. Así, quizá Educación haría menos propaganda, pero sería un proyecto bien enraizado.

Hace muchos años que la comunidad educativa acometió con madurez el trabajo de mejorar la calidad de enseñanza y ha demostrado sobradamente su implicación y compromiso. Desde ahí hemos manifestado nuestro desacuerdo con las principales actuaciones del Departamento de Educación. Ha costado mucho llegar hasta aquí. Creemos que merecemos algo más de respeto.