Los vehículos y sus conductores, para circular por las calzadas, deben cumplir una serie de normas que figuran en el Código de Circulación. Las bicicletas (vehículos) que circulan por las aceras lo hacen a su libre albedrío y con total impunidad.

Desgraciadamente, no se puede basar nuestra convivencia ciudadana en la buena voluntad, responsabilidad y comportamiento cívico de los muchos ciclistas que circulan por nuestras aceras. Creo sería necesario exigirles que las bicicletas estuvieran debidamente identificadas o registradas y que los ciclistas tuvieran un mínimo seguro de daños a terceros o responsabilidad civil.

Para la Policía de Barrio que todos esperamos y el resto de sus compañeros agentes o similares, sería una buena ocasión de iniciar una campaña de defensa del peatón ante las circunstancias de peligro y sustos que continuamente sufrimos en nuestro deambular por la ciudad. También reconozco que los peatones tenemos que respetar los espacios destinados a los ciclistas en nuestros paseos.