Todavía hay políticos que, al hablar en el extranjero, y más cuanto más lejos, creen que no nos vamos a enterar de lo que dicen, y se les suelta la lengua. Así Zapatero, en Japón, ha afirmado que en España, para tener pensiones dignas -reconociendo, sin querer, que no lo son, máxime tras el recorte que él acaba de hacer- "hay que trabajar algo más", insultando encima así a la inmensa mayoría de los trabajadores, que merece mucho más que las míseras compensaciones que reciben por el esfuerzo de toda su vida. Y, por supuesto, no ha añadido ni una palabra de condena a las multimillonarias pensiones -no me atrevo a llamar dignas- que reciben ciertos grupos -incluidos políticos como él- tras muy pocos años de actividad.

Zapatero se está mereciendo, pues, una jubilación, y eso por lástima, no porque se lo haya ganado, al faltar a su trabajo de presidente de todos los españoles y a sus explícitas y repetidas promesas sobre las pensiones.