Es cierto que resulta un tanto injusta la comparación entre el Baskonia y el Alavés. El primero, campeón de la Liga ACB y año tras año compitiendo en la élite europea, entre los cuatro o cinco mejores del mundo, reinventándose el equipo en cada temporada y con hambre de títulos. Y el segundo, sumido en las miserias de la Segunda B y con un mar de dudas en torno a su situación financiera, sin apenas apoyo institucional y prácticamente esquilmado por sus patrocinadores, que con esos amigos le sobran los enemigos.
Sin embargo, creo que el Glorioso también es seña de identidad y motivo de orgullo para los alaveses y merece mejores apoyos, aunque esté en el pozo, o precisamente por eso.