Parece que la Real Academia Española pasa de aberzale a abertzale y que el movimiento político y social vasco que anteriormente era "más o menos radical", ahora se va a radicalizar del todo. Así pues, que en añadiéndole la "t" y con total sutileza, convierten al patriota en energúmeno. Ignoro qué semántica sincrónica o diacrónica han utilizado para inyectar al abertzale patriota un radical tan cáustico. Si el cedazo Constitucional ha filtrado el Estatut catalán desnaturalizándolo, parece que ahora la muy Real Academia de una de las lenguas del estado quiere trampear con el significado de los vocablos de la nuestra, que a pesar de los pesares sigue siendo oficial. Imagino que los académicos son lectores empedernidos pero harían bien en evitar cierta prensa que rezuma un notable tufillo antivasquista que a veces resulta contagioso ¿O será que la sustitución a la esPPañola de Ibarretxe por López les ha dado patente de corso para españolear? Según la definición académica, verbo intransitivo que significa hacer propaganda exagerada de España. Y como buen intransitivo, no admite complementos directos ni indirectos. Acabáramos?, que somos autonomía complementaria pero que ni directa ni indirectamente podemos fijar el rumbo de nuestra trainera como pueblo. Zapatero negocia los votos presupuestarios con Erkoreka a cambio quizás de alguna de las incumplidas transferencias. Mientras tanto seguimos sin comernos un rosco de lo que nos corresponde en justicia, con juicios y planchas electorales prohibidas o en vías de serlo por otros tipos de justicia. Autodeterminar sigue siendo intransitivo. La complementariedad, que supondrían los estados plurinacionales para la Unión Europea, se sacrifica en aras del estado-nación. Los triunfos deportivos se españolean pero las senyeras e ikurriñas de las eventuales selecciones de otros pueblos se ningunean. La vuelta a España quiere seguir pedaleando por estas (sus) tierras y en Baracaldo encestan triples con Pau a la cabeza. A la diáspora vasca se le españolea el discurso y el Euskal Jaia de Idaho lo convierte Patxi una vez más en euskarak, jai! Y pensar que en la Grecia de Pericles bastaba con hablar la lengua para ser griego. Aquí, hasta para ser lehendakari sobra el euskera. Ahora que el Govern le ha quitado una montera a la tauromaquia en Catalunya, es de suponer que el españoleo embista con menos virulencia, ya que los pueblos y sus lenguas siguen siendo un tesoro universal y, al igual que el sentimiento patriótico, nos enriquecen a todos. Evidentemente, en el respeto mutuo. Las identidades no son mejores ni peores unas que otras, únicamente diferentes. Y lo del pluralismo identitario tan en boga a mí no me convence, mientras unos impongan a todo quisque la suya. Y nos sigue doliendo... cuando nos pisan.