COMO consecuencia de la crisis financiera y económica que padece España y resto de Europa, los pensionistas, estamos siendo utilizados o puestos en subasta, como si fuésemos seres indefensos con necesidad de protección. Pero es increíble que quienes ahora quieren proteger a los pensionistas cual ángeles guardianes, sean quienes en tiempos de bonanza económica solamente subieron cuatro puntos sobre el IPC a las pensiones bajas y no contributivas y nada sobre el IPC al resto de las pensiones.

Tampoco podemos olvidar que la caja de la Seguridad Social, al fin de la legislatura de estos protectores y defensores de las pensiones, sólo contenía la preocupante cifra de tan sólo 12.000 millones de euros.

Sin embargo, durante los seis últimos años, las pensiones bajas y no contributivas, han subido veinticuatro puntos sobre el IPC y también algo sobre el IPC el resto de pensiones, como ocurrió el año 2009. Pero lo más positivo es que la caja de la Seguridad Social a día de hoy ha pasado de tener un superávit de 12.000 millones de euros a tener a esta fecha 52.500 millones de euros y con ello estar aseguradas las pensiones para muchos años, dando seguridad a ocho millones de pensionistas. Tampoco podemos olvidar que también en pro de cientos de miles de pensionistas, nació la Ley de dependencia, que tanto bien está haciendo mediante ayudas a familias con discapacitados, ley que no existió ni la propusieron quienes hoy tanto dicen interesarse por los pensionistas.

No hay duda que un granero de votos de ocho millones de personas es muy apetecible para los partidos politicos, pero los pensionistas debemos saber hacer historia y manejar datos cuando se nos lanza carnaza para ver si picamos cual peces inocentes, sin darnos cuenta que bajo la carnaza se oculta el anzuelo traidor que nos puede llevar a la cesta del pescador de votos y apoyar a quienes proponen rebajar las cotizaciones a la caja de la Seguridad Social aunque ésta quede desfondada. La veda por los votos de los pensionistas ha quedado abierta y sólo la reflexión y los datos deben ser suficientes para que no nos engañen como a infantiles niños, porque obras son amores y no buenas razones. Alguien dijo? "por sus obras los conocereis".

Aurelio Sáenz de Buruaga