El Ayuntamiento ha previsto un concurso de ideas de forma que el futuro Auditorio reciba un nombre en consonancia con el complejo a edificar. Por supuesto que Palacio de Congresos, Exposiciones y de las Artes Escénicas es demasiado largo para poder ser pronunciado. El futuro Auditorio debe llevar un nombre más corto y concreto. Se busca una denominación y un logotipo que pueda dar prestancia a la obra, informando al mismo tiempo sus características y excelencias. Pienso que antes de haber procedido a realizar esta idea se debería haber intentado consensuar con algunos de nuestros vecinos dedicados a la música (compositores, directores, músicos, etc.) el futuro nombre.
El problema es que dicho auditorio no vende ni llama la atención si no lleva una denominación en inglés. ¿Por qué hemos de mirar siempre otros precedentes? Demos a nuestras ideas la originalidad de que sean propias, nuestras. En este caso no creo que por llevar un nombre más o menos rimbombante sea el auditorio menos conocido.
Los propios ejecutores de la obra (el arquitecto o el experto en acústica) son personas conocidas a nivel mundial por sus trabajos y su nombre y trabajos realizados les avalan. Sólo falta poner nuestro granito de arena en forma de nombre y que éste pudiera ser uno de los nuestros.