"Siempre hemos tenido un punto teatrerillo"Cedida
Tras la incorporación de Dani Artetxe y Adri Lorenzo, Silitia abrió a principios de año una nueva etapa en sus actuaciones en directo como cuarteto al uso de guitarra-bajo-batería-voz. Además, en un nuevo libérrimo derroche de creatividad, el grupo capitaneado por Ibai Silicato (Lekeitio, 1997) y Xabier Barrutia (Bilbao, 1999) ha publicado esta primavera su tercer álbum, Mirari Orok Tapatzen Zauria, un trabajo difícil o, directamente, imposible de encasillar. Parten de la música pop, pero luego crean un cosmos muy singular plagado de referencias dispares. Fans acérrimos de David Bowie, definen su estilo como brioche pop. Su poliédrica ensaladilla estilística también ha sido calificada como “punky-funky-elektro-euskal-rock”. Silitia se han convertido en una rara avis del rico panorama musical vasco independiente. Tienen una especial sintonía con sus paisanos EZEZEZ, otra banda con la que han compartido escenario varias veces y que también hacen bandera de la imaginación sin miedo a nada. En ambos casos, se toman muy en serio su trabajo sin tomarse en serio a sí mismos. Últimamente, los miembros de Silitia salen a tocar con unos pelucones como parte de su show. Tras unos meses más ajetreados de conciertos, el dúo reconvertido en cuarteto continúa presentando los temas de su últimos disco en julio: el pasado viernes 4 tocaron en Hondarribia, el 19 estarán en Donibane Lohizune y el 27 participarán en las fiestas de Bilbao La Vieja.
Lo de brioche pop no será por la pastelería La Suiza de Bilbao.
-(Ríe). El brioche de La Suiza es en realidad un tipo de pan especialmente aireado y con mucha mantequilla. Lo de brioche pop surgió de una manera muy casual, hablando con un colega tontamente sobre panes. Como a nosotros no nos gustan mucho las etiquetas, se nos ocurrió que podíamos utilizarlo en las entrevistas.
En el caso de Silitia encaja como un guante.
-Iñaki, nuestro amigo, estuvo muy fino. Además, es una forma de salvarnos el culo ante la prensa.
En una entrevista de hace cuatro años en MondoSonoro, decían que solían partir de la improvisación para conseguir “un punto más fresco y menos procesado”. ¿Sigue siendo así?
-Sí, aunque es cierto que muchas veces empiezas improvisando y, durante el proceso de creación, te puedes volver loco hasta acabar con algo demasiado elaborado. La clave está en no fosilizar una canción, mantener su frescura y que siga resultando interesante. A veces hemos descartado temas que nacieron de la improvisación, pero terminaron siendo demasiado cerebrales.
La familia Lume!
Marta Abellas es una de las tres gallegas que forman parte de Lume!, una agencia independiente de managment radicada en Madrid. Marta es lo contrario al típico capo de una gran discográfica: se obsesionó con el grupo Monteperdido durante la pandemia y, por pura pasión de fan, de la noche a la mañana se convirtió en su mánager sin tener ni idea del funcionamiento del negocio. Le pasó más o menos lo mismo con Bum Motion Club: le encantaron y fue tras ellos. Actualmente, dos de los siete grupos de la agencia son vascos: EZEZEZ y Silitia. “Llegamos a la escena de Euskal Herria por lo que nos iba enviando gente conocida. Y, de repente, pensamos: ‘¿Pero qué está pasando ahí?”, cuenta Marta, quien no escatima en elogios hacia el nuevo pelotón de bandas vascas pospandemia. “Me atrevo a afirmar que hay proyectos superinteresantes, que arriesgan, que innovan y técnicamente son buenísimos; gente con ideas claras, carismáticos y muy trabajadores”.
En Madrid y en otras zonas del Estado la escena underground vive un buen momento, aunque, en opinión de una de las responsables de Lume!, “ahora mismo, en Euskal Herria está pasando algo que se recordará durante muchos años”. Silitia llegaron a través de EZEZEZ. Fue su cordón umbilical. “Es una banda que nos dejó boquiabiertas desde el primer momento. Hacen lo que quieren y lo hacen todo bien. Tienen buenas canciones, buenas ideas, buena puesta en escena, buena imagen y, sobre todo, ¡se atreven con todo! Una de las mayores virtudes del proyecto es que no se ponen límites: les gusta experimentar, muchas veces desde el humor, y eso hace que estén en constante expansión y consigan siempre la sorpresa. Es un proyecto con un universo propio. Único”.
También mencionaban que se aburren rápido. ¿Cree que esa falta de constancia es algo generacional, influenciado por los reels de Instagram y los vídeos de TikTok?
-Es una mezcla de factores. Hoy consumimos música de muchas formas y, en general, de manera muy rápida. Hay una falta de consistencia que tiene que ver tanto con nuestra generación como con la época que nos ha tocado vivir. Nos influye haber crecido en una era tan acelerada, donde puedes pasar de una canción a otra en segundos. Pero también disfrutamos de poner un disco en vinilo y escucharlo entero.
En el nuevo álbum hay decisiones sorprendentes y el oyente va saltando de sorpresa en sorpresa. ¿Cómo se les ocurrió meter unas gaitas en la canción Lorearena? Aparecen al final sin venir a cuento y lo curioso es que quedan bien.
-En realidad, es una alboka. Teníamos clarísimo que queríamos meter un instrumento de viento y la alboka llegó de rebote. Tenemos un amigo que está metido en ese mundo (de la música folclórica vasca), estaba disponible y terminó colaborando con nosotros.
Se habla mucho de la libertad extrema y falta de prejuicios estilísticos de la banda, pero bastante menos de las letras. ¿Cómo se explica o traduce este fragmento surrealista de Zirko BN?: Circo Bella nuit / di montana. / Bihar dot egon tranquil. / Feel empaste. / Ahora déjame / en la montaña. / Ahora quiero ser Messiah.
-Estás entrevistando a la persona equivocada (ríe, ya que él es Xabier Barrutia). El universo de Ibai es enigmático y críptico, pero tiene una lógica propia, muy popera. Me gusta leer sus letras al margen de la música. Cuando hicimos el primer disco (Partners in Crime), las leí aparte y me impactaron. Tenían mucha fuerza, parecían poesía.
¿Haber estudiado Bellas Artes ha forjado esta vena más arty y creativa?
-En realidad, Ibai y yo coincidimos los dos primeros años porque él tiró por la rama de Diseño. Desde la infancia, cada uno de nosotros iba apuntando maneras por su cuenta. En la universidad, con todas sus mierdas, aprendes cosas nuevas y sirve también para adquirir una serie de referentes.
"Chill Mafia fue un auténtico pelotazo”
¿Bowie sería uno de esos referentes por su estilo camaleónico y su capacidad de reinvención?
-Bowie siempre me ha influido mucho a todos los niveles y también Radiohead, sobre todo, a partir del disco Ok Computer, cuando empiezan a hacer canciones que son un mundo en sí mismas. De todas formas, Ibai y yo nos conocimos en 2017 por System of a Down: él estaba tarareando una canción del grupo y yo la reconocí.
¿System of a Down?
-Los inicios fueron metaleros, pero en los últimos álbumes se fueron abriendo de estilos y son mucho más eclécticos que los primeros.
En los Conciertos de Radio 3 de La 2 tocan con unas pelucas. ¿Esa parte más visual y cómica puede desviar la atención de su música?
-Cuando éramos un dúo, esa teatralidad era una forma de compensar o complementar nuestra propuesta. Siempre hemos tenido un punto teatrerillo: nosotros venimos de vestirnos con trajes fantasmagóricos de (la diseñadora y artista) Maider Aldasoro. Desde que somos cuatro hemos adoptado una imagen más sutil, aunque sigamos llamando la atención. En Radio 3 llevábamos unos pelucones, pero teniendo en cuenta de dónde venimos, el atrezo se ha reducido bastante. Ya veremos cómo evolucionamos. Aún estamos construyendo la banda.
¿Cómo ha sido el cambio de pasar de ser un dúo con sintetizadores a un cuarteto más clásico de rock?
-En la parte más creativa seguimos estando Ibai y yo, pero desde enero contamos con más gente (Dani Artetxe y Adri Lorenzo) para los directos y las aventuras en la carretera. Tenemos algunos detractores que decían que la banda antes molaba más. Como músico, me estaba resultando muy monótono tocar encima de unas bases y necesitaba un poco de interacción, quería sentir que la música estuviera más viva… Y eso es algo que, por ejemplo, te lo da una batería.
¿Quién puso la primera piedra del actual bum creativo de la música en Euskal Herria? ¿Chill Mafia?
-Es una buena pregunta. Chill Mafia fue un auténtico pelotazo. Cuando aparecieron, captaron algo que se estaba empezando a notar en la sociedad. Su irrupción fue síntoma de que algunas cosas estaban cambiando. A partir de ahí, empezaron a tejerse redes entre muchas personas que nos movemos por unos sonidos que, hasta entonces, no se habían estilado mucho por aquí.
Llevan tres discos publicados, todos muy distintos. El cuarto supongo que tampoco será más de lo mismo….
-Aún estamos en una fase muy inicial, pero para el próximo disco es probable que Adri y Dani puedan aportar sus ideas de una manera más clara. No lo sé aún. Es pronto para saber lo que va a pasar.