"Me interesaba conocer si existía relación entre el tamaño de la cartera y el tipo de crímenes"
Tras deleitarnos con novelas como ‘Dispara a la luna’ o ‘La venganza del asesino’, la autora vuelve a traer a la juez Lola MacHor en una nueva historia en la que nos encontramos con seis muertes simultáneas y una única conexión: el exclusivo y secreto grupo conocido como el club del Caviar
La mente de Reyes Calderón siempre se encuentra activa, como un volcán en erupción que en lugar de lava expulsa ideas en forma de novelas. Ahora, en Los crímenes del caviar, recuperamos al personaje de Lola MacHor que durante tantos años la ha acompañado.
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¿Qué ha supuesto para usted recuperar a los personajes de esta historia, a Lola, al comandante de la Interpol Juan Iturri...?
La verdad es que los echaba de menos. Sé que me lo tengo que hacer mirar, pero cuando me encierro en mi estudio por la noche ahí estamos todos. Es como la canción, de “Hago chas, y aparezco a tu lado”. Sí, los echaba de menos.
Vuelve a traernos también un nuevo thriller, y parece haberle dado una vuelta de tuerca al género. En esta nueva historia ha explorado las altas esferas de la sociedad.
Sí, yo tenía mucho interés en conocer si existía alguna relación entre el tamaño de la cartera y el tipo de crímenes. Aquella serie antigua de Los ricos también lloran, ¿te acuerdas? Pues si los ricos matan, ¿cómo y por qué? Yo había leído un artículo de la cleptomanía, de la gente que va a robar a las tiendas, y encontré que había un porcentaje significativo de personas de clase alta. Podían comprarse la tienda entera, pero entran a robar un objeto, y me llamó la atención. Ahí me pregunté si habría algunos crímenes típicos de clase alta o de clase baja, y me puse a investigar. El sitio por excelencia era donde veranean estas élites, el sitio más seguro de España y de Europa, pues era el sitio donde de repente aparecen seis muertos.
Habla de Sotogrande. En la novela también encontramos Puerto Banús. Además de hacer ese análisis, también nos demuestra que parece haber muertos de primera y muertos de segunda clase, ¿verdad?
Ese es el tema, que los ciudadanos son ciudadanos. No hay ciudadanos de primera y de segunda, y yo creo que eso nos afecta a todos los que nos hemos visto en algún momento con algún tema judicial, y también a Lola, que esta bilbaina pelirroja es muy tozuda y cree en el concepto de justicia.
Lola es un personaje con el que hace un homenaje a Euskadi, a esas raíces que le atan fuerte. ¿Iturri también lo es?
Iturri es navarro de nacimiento, y así como Lola es más bien republicana, tipo votante del PNV, ese perfil, Iturri es navarro, monárquico, prácticamente requeté, y entre ellos siempre ha habido un poco de ese pique, de esa rivalidad.
A lo largo de las novelas no les ha dado mucha tregua, pero al menos en esta sí va a arrojar algo de luz a su relación. ¿Era algo que los lectores esperaban?
Sí. La verdad es que Iturri se marchó a la Interpol, se exilió porque no soportaba ver a Lola siempre con su marido y él quedarse solo como amigo. Ahora, de las muertes que se van a investigar, una de ellas es la del marido de Lola, e Iturri al menos ve que existe un resquicio por donde pueda discurrir.
Nos demuestra que el amor puede florecer en los rincones más oscuros. ¿Cómo ha sido el proceso de documentación?
He estado 5 años yendo a Sotogrande todos los veranos y cuando tenía fines de semana para hablar con gente, verlo..., porque la verosimilitud requiere que seas muy precisa.
"He estado 5 años yendo a Sotogrande"
¿Es tan exclusivo como nos lo ha retratado?
Es tan exclusivo y sin embargo hay gente de clase media que veranea allí. Pero la exclusividad no es como en Puerto Banús, que está unida a esas excentricidades que se ven allí. Aquí no es así, pero sí que es tan exclusivo. De hecho, el caviar está fuera de nuestra dieta, pero aunque tuviéramos un poquito de dinero, yo creo que lo último que compraríamos sería caviar. No sería una cosa que nos llamara la atención. Pero, volviendo a las emociones, yo creo que hay dos cosas que no puede comprar ni el dinero ni el poder: una es la amistad o el amor, y la segunda cosa es el tiempo. Ni un segundo de nuestra existencia podemos alargar poniendo dinero sobre la mesa, y por ese motivo yo creo que se ve aquí con mucha claridad que la condición humana es condición humana, que da igual que seas ciudadano de A o de B, que todos pasamos por el mismo rasero, y en ese contexto Lola y Juan son muy amigos, y uno tiene que estar con los amigos cuando lloran y cuando ríen. Y ahora Lola está deshecha, y allí va Iturri.
"Ni un segundo de nuestra existencia podemos alargar poniendo dinero sobre la mesa"
El dinero tampoco compra el sentido del humor. Aquí también nos brinda momentos que alivian tensiones en un buen thriller.
Efectivamente, alivian tensiones. Y luego, cuando está uno ante situaciones que no son rutinarias, como es que te encuentres con seis crímenes, a uno le sale la tensión muchas veces riéndose. Cuando mi editor me dice que no ha lugar la risa o lo jocoso, yo le digo que a veces me da la risa en los funerales, porque no sabes cómo comportarte. Yo creo que uno tiene que salir, en esta sociedad que tenemos tan polarizada y agresiva, con una sonrisa al terminar la novela, aunque sea negra.