China es un país al que miramos muchas veces, pero siempre desde la lejanía, y entre las sensaciones que despierta están la ignorancia, el menosprecio, la admiración e incluso al temor. Julio Ceballos (Reinosa, 1979), acaba de regresar a su tierra natal tras vivir y trabajar allí 18 años.
Quién es
Julio Ceballos (Reinosa, 1979) es experto en internacionalización, estrategia de mercado y negociación. Su carrera se ha desarrollado en varios países y desde 2006 asesora a empresas occidentales en su implantación en el mercado asiático.
Tras 18 años viviendo en China, ¿le podemos considerar un experto?
Nadie puede dar lecciones sobre China, no hay expertos sobre China y si los hay no son occidentales. Realmente no sabemos nada, solo podemos elucubrar. En este tiempo algo he aprendido, pero China es un país muy complejo, opaco, con una historia muy complicada, con un idioma poco intuitivo... Y curiosamente, nunca me ha dejado de sorprender.
Cuando emprendió su viaje, ¿iba con idea de pasar tantos años allí?
China es un lugar en el que pronto aprendes a funcionar a tres o cinco años vista. En otros países puedes ir año a año, pero allí la inversión de esfuerzo es tal para casi todo, los planes de negocio, el aprendizaje del idioma, conocer el país..., que necesitas tomar decisiones a varios años vista.
¿Cómo surgió su primer contacto con China?
Fue con una película. Yo era una persona totalmente ajena a Asia, no sabía nada y me resultaba marciana y apática. Entonces vivía en Viena y vi la película Deseando amar, del director chino Wong Kar-Wai. Es muy lenta, tiene un ritmo al que no estamos acostumbrados, y me quedé sopa. Pero hubo algo en la forma de contar la historia que me hizo volver a verla. Y ahí pensé: Ah, amigo, este tío es un crack. Y la volví a ver una tercera, cuarta vez..., y cada vez he descubierto algo nuevo. Es muy sutil. Ahora es mi película favorita y he comprobado que condensa la forma asiática de ver el tiempo y la fascinación que me genera China.
¡Qué curioso!
Y fue casualidad que, al año siguiente, cuando estaba preparando una beca de internacionalización, entre los destinos que podía elegir estuvieraShanghài. Aquella película me había dejado algo dentro, me despertó interés y allí fui.
Y hasta hoy, 18 años, que se dicen pronto.
Nunca pensé que sería tanto. Para quedarte en China se necesitan dos cosas: una, ser una persona muy curiosa, que te guste aprender y que te guste lo diferente; y dos, tener mucha energía porque China agota, no descansa nunca.
Ahora que ha regresado, ¿tiene idea de quedarse o volver a China?
Ahora ya tengo un pie aquí y he decidido quedarme. Se me había olvidado lo bien que se vive aquí, la calidad de vida que hay... China es un país magnífico, pero si buscas calidad de vida, te quedas con esto. No hay color. Además, literalmente. Allí los colores están muy degradados y la luz tiene que atravesar tantas capas de contaminación, polvo y humedad, que todo es grisáceo. Al volver te das cuenta de la vivacidad de los colores, del cielo azul, del césped verde...
¿Iba con prejuicios la primera vez que viajó a China?
No, y por varios motivos. Antes de China había vivido un año y medio en Finlandia, otro en Alemania y dos en Austria, ya era emigrante, y sabes que el esfuerzo lo tienes que hacer tú. Yo ya iba con esa sensibilidad y dispuesto a adaptarme. Por otro lado, como sucedió todo muy rápido, apenas me dio tiempo a hacer ningún preparativo, no aprendí nada del idioma, del contexto... Llegué como un folio en blanco, muy dispuesto a aprender y a dejarme sorprender, y nada más llegar, China me dejó perplejo. Pero es que he vivido perplejo durante una década, ojiplático.
"La comunidad china en España la componen 220.000 emigrados, es un colectivo muy pacífico y trabajador, pero no se integra"
¿Ha conocido una China muy cambiante con los años?
Sí, han sido años de muchísima aceleración en China, de la aceleración digital, de las olimpiadas en Shanghái... Puedo decir que en estos 18 años es como si hubiera conocido cinco Chinas distintas. Ha ido mutando tanto, que cada tres años más o menos era como si se convirtiera en un país nuevo.
¿Con la llegada del Covid se paralizó la vida en China?
A mí el Covid me pilló allí y los dos primeros años estuvimos cerrados al mundo y vivimos casi con total normalidad hasta finales casi de 2021. Pero luego me volví porque detecté que algo estaba pasando, decidí venir para ver qué rumbo tomaba todo aquello, y 2022 ha sido durísimo. Pero eso no lo he vivido en primera persona.
Ha comentado que cuando fue por primera vez a China iba con la idea de adaptarse a su forma de vida. Eso es algo que no hacen los chinos cuando vienen aquí y suele generar rechazo en la sociedad.
No sé si es rechazo, pero sí recelo y es comprensible. La comunidad china en España la componen 220.000 emigrados, es un colectivo muy pacífico y trabajador, pero no se integra nada. Las segundas generaciones un poquito más. Sí que deberían hacer un mayor esfuerzo. Ellos tienen un carácter retraído, tímido, muy prudente. Además, no suelen dominar el idioma y eso es una barrera tremenda. Si a eso le sumas que no vienen a darse ni un capricho... Nunca les verás en la barra de un bar salvo que el bar sea suyo. Además, creo que echan mucho en falta China. El chino es a menudo muy infeliz cuando no está en el batiburrillo chinesco, por eso generan esas burbujas entre ellos.
¿Cree que vienen con la idea de volver en unos años a su país?
Por supuesto. Hay un libro del periodista Ángel Villarino titulado ¿Adónde van los chinos cuando mueren? muy interesante. Cuando un chino es mayor o enferma se suele volver a morir allí. Tienen un sentido de pertenencia muy importante y para ellos China es mucho más que un lugar en el mapa. Hay que tener en cuenta que China es la única civilización de la antigüedad que ha sobrevivido hasta nuestros días.
¿Estamos ante un futuro made in China?
No, pero tampoco va a ser un futuro made un USA. Es un futuro en el que siendo como son, primera potencia comercial y dentro de poco primera potencia económica junto con EEUU, tienen el peso, la influencia y la capacidad de empezar ellos también a definir las reglas de juego. Ya no va a ser EEUU el único.
Lectura
Título. Observar el arroz crecer.
Autor: Julio Ceballos.
Editorial: Ariel.
Páginas: 510.
Precio: 20,90€.
Tema: Es un ensayo divulgativo que recoge enseñanzas, vivencias, información, datos y reflexiones sobre China.