Parafraseando a The Who, y su The Kids Are Allright, los chicos están muy bien. Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood tienen una edad media de casi 80 años, pero el disco que publican este viernes The Rolling Stones puede que sea el mejor que han grabado desde Tattoo You, en 1981.

Hackney Diamonds (Universal) es un álbum de sonido acerado, orgánico y violento que repasa todos los estilos de la incombustible banda, del r&blues al rock, el folk, el country, el gospel y hasta la música disco… y el punk. “Es una mezcla interesante de cosas, tampoco queríamos que fuera un álbum en el que primara el enojo. Es un disco para escuchar en cualquier momento”, explican.

Portada del disco de los Rolling Stones

Portada del disco de los Rolling Stones

“Amo a mis hijos y a mi esposa la mayor parte del tiempo; a la música, la amo siempre”, escribió Richards en Vida (Global Rhythm), su obligatoria biografía. Eso para quienes se planteen si hace falta un disco nuevo de los Stones en 2023. N

i sus seguidores lo echaban de menos, pero ya escuchado Hackney Diamonds varias veces, solo resta rendirse ante el vigésimo cuarto álbum de la banda, primero con canciones inéditas desde hace 18 años, cuando editaron Bridges to Babylon.

Grabado en L.A., Nueva York, Londres y Las Bahamas, en estudios célebres como Nassau y Electric Lay, su título remite a los cristales que dejaban atrás los ladrones cuando entraban al conflictivo barrio londinense de Hackney en los 60.

El ahora trío stoniano, reforzado por Darryl Jones al bajo y Steve Jordan, sustituto del fallecido Charlie Watts, se muestra fiero, orgánico y con un fondo de armario sin apenas saldos. Suena todo integrado y entusiasta, con guitarras que se entreveran y crujen ante la devota mirada del joven productor Andrew Watt, quien es fan del grupo y ha colaborado con Miley Cyrus y Justin Bieber. No se nota en los resultados. Como canta Jagger: “Dejemos que los viejos todavía crean que son jóvenes”.

CANCIONES

  • l ‘Angry’. Abren con la fuerza de Start Me Up. Y le compite en electricidad, riff monolítico, batería con pegada, solo bluesy y un estribillo contagioso. Discusión de amantes, por la falta de sexo. “No te enfades conmigo, nunca te hice daño”, canta Mick.
  • l ‘Get Close’. El título remite a The Pretenders, pero los riffs evidencian el pasado de los Stones. Mick canta lascivo pero implora en el estribillo: “Quiero acercarme a ti, háblame”. Puente con solo de saxo y percusiones marcadas. Elton John al piano.
  • l ‘Depending On You’. Balada acústica con ecos de los 70, penas de amor, la mágica slide de Wood y un precioso arreglo sinfónico. Lástima que se adapte demasiado al sonido actual.
  • l ‘Bite My Head Off’. Casi punk, con Mick escupiendo en lugar de cantar, a lo Johnny Rotten. Muro de guitarras a lo Sex Pistols y punk rock en vena. Bajo crudo y distorsionado de Paul McCartney antes de un solo chirriante. Jagger se niega a ser controlado y busca salida porque “el maldito barco se hunde”.
  • l ‘Whole Wide World’. Rock directo de estribillo pop que mira a sus orígenes. Olor a sexo y gasolina en las calles y camas del Londres de los 60. Va de aguantar contra todos: “crees que la fiesta ha terminado, cuando apenas ha comenzado”.
  • l ‘Dreamy Skies’. Balada con slide y acústica que bucea en el country folk de los 70. Espíritu campestre, Jagger canta desde el exilio, donde “corta leña”, escucha a Hank Williams y sopla la armónica. Enorme.
  • l ‘Mess It Up’. Guiño a las nuevas generaciones. Habla de contraseñas y subir fotos en redes sociales sin permiso. La concesión pop, con un estribillo saltarín y un ritmo y guitarras que rozan el sonido disco. Sin apenas falsete, pero remite a Miss You.
  • l ‘Live By The Sword’. A pesar de la batería de Charlie Watts, el piano honky tonk de Elton John y el bajo de Bill Wayman, un rock mediocre. Con grandes palmas.
  • l ‘Driving Me Too Hard’. Sus guitarras corporativas recuerdan al Glory Days de Springsteen aunque ralentizado. “Me has conducido a la locura”, lamenta Jagger. Enormes coros finales.
  • l ‘Tell Me Straight’. La concesión vocal habitual a Keith Richards. Balada modesta, lejos de la magia de clásicos como Happy o You Got the Silver.
  • l ‘Sweet Sounds of Heaven’. Pieza gospel, con metales, Stevie Wonder a los teclados y la voz de Lady Gaga, cuya participación, clasicista pero emocionante, se realizó casi en vivo. Más de 7 minutos de subidas y bajadas con un dueto final en falsete. “Dejen que la música suene fuerte... nos levantamos orgullosos, dejen que los viejos crean ser jóvenes”. Brutal, la cumbre.
  • l ‘Rolling Stones Blues’. Jagger y Richards, en formato dúo, vuelven a los 17 y a su pasión por el blues. Grabado a pelo: guitarra, voz y armónica. Sería el cierre perfecto a su carrera con esta versión del tema de Muddy Watters que les unió en 1961 y del que tomaron el nombre.