Las incógnitas del robo al museo Louvre
El atraco está considerado por muchos como de película: siete minutos que fueron suficientes para dar uno de los grandes golpes del siglo
El atraco al museo Louvre perpetrado este 19 de octubre quedará para los anales de la historia. En apenas siete minutos, un comando formado por cuatro personas logró sustraer piezas de un valor incalculable, lo que plantea grandes incógnitas y deja en entredicho la seguridad del inmueble.
¿Cómo entraron?
Los cuatro atacantes entraron al Museo del Louvre la mañana del 19 de octubre de 2025, poco después de que se abriera, por la fachada orientada hacia el río Sena. Con una plataforma elevadora/montacargas, que se emplea para mudanzas y trabajos en altura, llegaron al primer piso. Esta les permitió acceder a un balcón de la Galería de Apolo, donde están las joyas de la Corona. Desde ese punto rompieron las vitrinas con herramientas eléctricas y hurtaron varias piezas.
Una diadema, dos broches, un collar de esmeraldas... estas son las ocho joyas de "valor incalculable" que robaron en el Louvre
A pesar de que los datos fundamentales acerca del modo de acceso están confirmados, aún quedan importantes interrogantes: el origen de la plataforma elevadora (si fue traída por cómplices, si se alquiló o si se robó), si el edificio y los horarios de seguridad fueron examinados con anterioridad a fondo, y por qué los protocolos y sistemas no evitaron el atraco.
También se investiga si hubo colaboración interna o manipulación de cámaras y sensores que facilitara la entrada y la fuga. Esas cuestiones son hoy el núcleo de la investigación judicial.
¿Qué se han llevado?
Los delincuentes robaron ocho piezas históricas de la Galería de Apolo del Museo del Louvre; todas ellas eran parte de la colección imperial francesa. Entre ellas se encuentran la tiara, collar y pendiente del conjunto de zafiros de las reinas María-Amelia y Hortensia, un collar y pendientes de esmeraldas de la emperatriz María Luisa, un broche relicario (una pieza ovalada con compartimento interno que se presume contenía un mechón de cabello de la familia imperial), latiara de la emperatriz Eugenia de Montijo y el gran lazo de corsage de la emperatriz Eugenia.
Además, también robaron la corona de la emperatriz Eugenia. Sin embargo, fue recuperada horas más tarde con daños visibles en su estructura cerca del Pont du Carrousel.
Así avanza la investigación
Las autoridades francesas han desplegado todos los medios a su alcance para averiguar los secretos del caso. Se están revisando grabaciones de las cámaras de seguridad, huellas en los escaparates y cualquier otra evidencia que los delincuentes hayan dejado atrás, así como la plataforma elevadora que emplearon para llegar a la Galería de Apolo.
Los cuatro asaltantes siguen sin ser identificados y no ha habido arrestos hasta el momento, pero los investigadores especulan que podría ser un equipo profesional con experiencia en robos de arte.
Asimismo, la policía francesa examina posibles complicidades internas o información privilegiada, puesto que el hecho de que los ladrones conocieran los horarios y protocolos del museo hace dudar acerca de la precisión y la rapidez del hurto. Se está monitoreando el tráfico internacional clandestino de joyas históricas y se están alertando a los coleccionistas y las casas de subastas para evitar la comercialización de estos objetos.
El Louvre ha sufrido un golpe histórico que será eternamente recordado. Las joyas imperiales aún no han sido encontradas y las preguntas acerca de cómo sucedió el robo mantienen en vilo a todos los amantes del arte.
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